La crisis sanitaria debida por la COVID-19 y el consecuente confinamiento, supuso un cambio drástico en nuestras rutinas y también en las de nuestras mascotas. Esto incrementó los niveles de estrés en todos los miembros de la familia, incluyendo los animales de compañía. Por ello…
Los profesionales con maestrías en línea de veterinaria han realizado estudios sobre las causas y las posibles soluciones para gestionarlo, para ayudar tanto a gatos como a perros a aliviar su ansiedad.
Debido al carácter de los felinos que se caracteriza por la independencia, es complicado detectar los signos que nos indican que están sufriendo estrés.
En este artículo nos enfocaremos en cómo identificar las señales de estrés en felinos y cómo ayudarlos.
¿Qué ocasiona el estrés en los gatos?
El mayor motivo de nerviosismo en los felinos es ver desestabilizada su seguridad y afectada su supervivencia, esto no ha cambiado desde sus orígenes. Así, los gatos muestran estrés agudo en situaciones en el que perciben peligro.
Sin embargo, ¿Cómo se presentan las amenazas para los gatos domésticos?
En primer lugar, los gatos son animales que aprecian las rutinas, ya que reconocen seguridad en ellas. Por lo tanto, una mudanza o un cambio brusco en sus horarios de alimentación e incluso en las rutinas de sus dueños puede afectar su estado emocional.
Otro motivo puede ser la introducción de otro gato en la familia, pudiéndose interpretar como una amenaza. En el caso de los gatos que salen a jardines o a espacios al aire libre, el aumento de la población felina en la zona también puede ser causante de malestar.
Teniendo en cuenta lo anterior, para un gato es muy importante sentir que cuentan con los recursos apropiados para sobrevivir. Por lo tanto, no tener un fácil acceso al alimento o poca agua, es un motivo de estrés.
Del mismo modo, una caja de arena demasiado pequeña o que no se limpia con regularidad puede ocasionar ansiedad, puesto que sienten que los depredadores pueden detectarlos.
Señales de estrés en gatos
El signo más común es el cambio de comportamiento y este depende de la personalidad del gato. Por ejemplo, si es un gato normalmente sociable, pero de repente ha empezado a esconderse y agredir a quienes se acercan.
Un gato con estrés agudo no solo puede presentar problemas de comportamiento, sino que también su sistema inmune puede verse afectado. Por lo tanto, es necesario que los dueños presten atención a los indicadores de angustia.
Otra señal de alarma son:
- Cambios en sus hábitos alimenticios, ya sea que deje de comer o coma en exceso.
- Que deje de asearse.
- Defecar u orinar en lugares inapropiados también indica malestar en el animal.
¿Cómo ayudar a un gato estresado?
Antes que nada, si un gato ha cambiado su comportamiento de manera radical, el primer paso debe ser llevarlo al veterinario para asegurarse que se encuentra en buen estado de salud.
Una vez descartado que no tiene ninguna enfermedad, podremos comenzar a realizar acciones que ayuden al gato a aliviar su estrés.
Como ya hemos dicho, sentirse seguros es el factor más importante para los felinos. Por lo tanto, hay proporcionarles espacios donde puedan aislarse si se sienten amenazados, ya sea superficies altas o cajas para esconderse.
Además, deben contar con suficiente comida, agua y cajas de arena. El número ideal es un plato de comida y agua y una caja de arena por cada gato, además de un extra. Es decir que, si tenemos dos gatos, debería haber tres platos.
No se puede forzar el contacto con un gato. Si se quiere acariciar, siempre se debe dar suficiente espacio para alejarse en caso de que quiera retirarse. Aconsejamos que en siempre se permita que sean ellos quienes se acerquen primero.
En el caso de que hayamos adoptado otro gato, hay que introducirlo poco a poco para que ninguno de los dos perciba peligro.
Finalmente, es nuestra responsabilidad como dueños asegurarnos de que nuestros gatos se encuentren a gusto. Es necesario identificar los cambios de comportamiento de nuestra mascota para así descifrar cómo adaptar el ambiente y las rutinas de ellos.